Isolina Bergantiños celebraba ayer su aniversario, nada más y nada menos que 106 años, que eran celebrados con entusiasmo por todos sus compañeros de la Residencia San Juan de Río, de la Fundación San Rosendo.
Nacida en Casares en el seno de una familia de 11 hermanos, creció dedicada a las tareas que por aquel entonces se encomendaban a las mujeres en el campo y en la casa. Se casó con un afilador de profesión y ambos abrieron la cuchillería «O Gallego» en Linares (Jaén) a donde se mudaron tras contraer matrimonio.
Con el tiempo, el amor por su orígenes los hicieron regresar a su tierra natal en donde vivieron juntos en la residencia de San Juan de Río. De carácter activo y atrevido, no dudó hace unos años en tomar por primera vez un avión con su marido, para visitar a su familia emigrada en Argentina.
Su tiempo lo pasaba entre el ganchillo, los bolillos y la lectura, los 106 años que ahora atesoran sus ojos no le dejan disfrutar de sus aficiones, pero le gusta esta atenta a la actualidad.
Su sobrina, residente en Madrid mantiene con ella un contacto estrecho a través de videollamadas que el personal del centro organiza con cariño para la usuaria.
El de ayer fue un día de celebración, no faltaron ni la tarta, ni la música, ni las velas; tampoco el cariño de quienes cada día la cuidan con esmero.
Un cumpleaños que ahora más que nunca y tras los duros meses que dejamos atrás, son todo un canto a la esperanza.
