
Si tienes la suerte de tener un jardín, sabrás que no es solo un espacio verde, sino un lugar que respira y cambia con la luz y las estaciones. A veces se convierte en refugio, otras en escenario. Hay jardines que invitan a descansar y otros que llaman a compartir. Con el tiempo descubres que disfrutar al aire libre no depende del tamaño, sino de cómo se vive. En ese equilibrio entre el relax y la vida social, un kiosco bar puede ser el detalle que lo transforme todo.
El Kiosco Kira, se encuentra en Hortum con un precio que ronda los 2500€, con este puedes convertir el jardín en el punto de encuentro social para reunirte con amigos y la familia. Fabricado en madera de abeto nórdico natural, ofrece 7,7 metros cuadrados útiles y una ventana abatible frontal que, al abrirse, se transforma en barra. Es perfecta para celebrar reuniones, servir un café en un momento de calma o tener todo a mano sin necesidad de entrar en casa. Su diseño facilita atender a los invitados o disfrutar de una comida informal al aire libre. La puerta lateral, que puede colocarse donde más convenga, ayuda a integrarlo en cualquier espacio, mientras que el suelo de madera, sólido y bien rematado, aporta una sensación de confort y calidad en el interior.
Su tamaño compacto permite instalarlo en la mayoría de jardines o terrazas sin necesidad de obra. Puede colocarse sobre una base nivelada de losas, cemento o tarima exterior, lo que facilita su instalación y posterior mantenimiento. La estructura, fabricada en madera de abeto nórdico, admite distintos acabados protectores, desde lasures naturales hasta pinturas opacas, para adaptarse al estilo del entorno y reforzar su durabilidad frente al clima.

Las posibilidades de personalización son amplias. Puede añadirse una encimera interior o exterior, estanterías para almacenaje, iluminación LED o incluso tomas de corriente, si se dispone de instalación eléctrica cercana. Equipado con una pequeña nevera, fregadero o mueble auxiliar, el kiosco se transforma en una auténtica cocina al aire libre, práctica para comidas, celebraciones o encuentros informales.
Su versatilidad permite aprovecharlo durante todo el año. En los meses más fríos, puede colocarse una estufa colgante o de pie y añadir un saliente o toldo que cubra la zona de la barra, creando un refugio cómodo frente al frío. En verano resultará igual de útil, ofreciendo sombra y protección frente al sol mientras se disfruta del aire libre.
Porque lo importante no es solo tener un espacio bonito, sino darle vida y propósito. Quien tiene un jardín, tiene un tesoro. Aunque a veces olvidamos usarlo como tal. Un kiosco bar de madera invita precisamente a eso, a salir más, a compartir más y a disfrutar sin prisa de ese rincón que en muchas ocasiones cae en el olvido.