
Un atasco en una cañería puede convertirse en una pesadilla doméstica en cuestión de minutos. El agua que no fluye, los malos olores y el riesgo de filtraciones son solo algunas de las consecuencias que nadie quiere enfrentar. Este problema es más común de lo que parece y, aunque muchas veces intentamos solucionarlo por nuestra cuenta, no siempre es la mejor opción. Entonces, ¿qué hacer cuando la tubería dice “basta”?
Lo primero es no entrar en pánico. Si se trata de un atasco leve, existen métodos caseros que pueden ayudarte, como verter agua caliente con sal, usar bicarbonato y vinagre, o recurrir a un desatascador manual. Sin embargo, si el problema persiste o el agua comienza a rebosar, es momento de llamar a profesionales. Contar con profesonales así garantiza no solo que el problema se resuelva de manera efectiva, sino también que se prevengan daños mayores en la instalación.
¿Por qué no siempre conviene hacerlo uno mismo?
Aunque los tutoriales de internet prometen soluciones rápidas, lo cierto es que manipular las cañerías sin experiencia puede agravar el problema. Un atasco profundo o causado por acumulación de grasas, restos de comida o incluso raíces en tuberías exteriores, requiere herramientas específicas y conocimientos técnicos. Un mal manejo puede derivar en roturas, fugas y gastos mucho más elevados que la contratación de un servicio profesional.
Prevención: el mejor aliado contra los atascos
Si bien nadie está exento de sufrir una obstrucción, existen hábitos que reducen considerablemente el riesgo. Evitar verter aceites, restos de comida o productos químicos agresivos por el fregadero, así como instalar rejillas en desagües y limpiar periódicamente los sifones, son prácticas sencillas que alargan la vida útil de la instalación.
¿Cuándo llamar a un servicio de urgencias?
Si el atasco bloquea completamente la salida del agua, hay malos olores persistentes o el problema afecta varias zonas de la vivienda, no lo dudes: necesitas asistencia inmediata. Las empresas especializadas en desatascos urgentes cuentan con equipos de alta presión, cámaras de inspección y experiencia para devolver la normalidad en tiempo récord, sin improvisaciones ni riesgos.
Un atasco puede parecer algo menor, pero no atenderlo a tiempo puede acarrear consecuencias serias. Apostar por la prevención y, cuando sea necesario, confiar en manos expertas, es la mejor manera de evitar males mayores. Porque, cuando el agua no fluye, cada minuto cuenta.