El Renacimiento Termal de Ourense: Cómo Una Tradición Milenaria se Reinventa en el Siglo XXI

Piscina Termal de As Burgas con agua
Piscina Termal de As Burgas con agua

Hay algo mágico en sumergirte en aguas termales mientras el vapor se eleva en el aire frío de la mañana.

Lo digo en serio. No es una metáfora ni una exageración de escritor buscando sonar poético. Es una experiencia que conecta algo profundo dentro de ti. Algo primitivo. Como si tu cuerpo recordara que durante milenios, los humanos hemos buscado estas aguas calientes para sanar, relajarnos, y simplemente… ser.

Y Ourense lo sabe mejor que nadie.

Esta ciudad, muchas veces eclipsada por sus vecinas gallegas más famosas (Santiago, A Coruña, Vigo), guarda un tesoro que cada vez más personas están redescubriendo. No hablo de un tesoro en el sentido literal, aunque el valor económico que está generando es impresionante. Hablo de sus aguas termales. De sus pozas naturales. De esa tradición que viene desde los romanos y que ahora vive su momento más brillante en décadas.

Las Burgas: El Corazón Hirviente de la Ciudad

Empecemos por el principio. Por el centro. Por Las Burgas.

Estas tres fuentes en pleno casco urbano han estado brotando agua a 67 grados durante… bueno, nadie sabe exactamente cuánto tiempo. Los registros históricos hablan de ellas desde hace más de dos mil años. Imagínate. Cuando Julio César paseaba por Roma, estas aguas ya manaban aquí.

La primera vez que las vi, siendo niño, mi abuela me llevó de la mano. «Mira», me dijo, «esto es lo que hace especial a Ourense. Otras ciudades tienen catedrales, nosotros tenemos esto.»

En ese momento no lo entendí. Una fuente de agua caliente… ¿y qué? Pero con los años empiezas a comprender. No se trata solo del agua. Se trata de identidad. De historia viva. De una conexión tangible con el pasado.

Y ahora, en 2025, Las Burgas están más vivas que nunca. El ayuntamiento ha invertido en su puesta en valor. Hay visitas guiadas que explican la geología, la historia, las propiedades del agua. Turistas de todo el mundo vienen específicamente a verlas. A fotografiarlas. A tocarse la cara con ese agua que durante siglos se consideró milagrosa.

El Boom de las Pozas Naturales

Pero si Las Burgas son el corazón, las pozas del Miño son el alma de esta revolución termal.

A Chavasqueira, Burga de Canedo, Outariz… estos nombres antes solo los conocían los ourensanos. Ahora los encuentras en blogs de viajeros de medio mundo. En listas de «los mejores baños termales de Europa». En Instagram con miles de likes.

¿Y sabes qué es lo mejor? Que son gratuitas. Completamente gratuitas.

En un mundo donde todo parece costar dinero, donde el bienestar se ha convertido en un producto de lujo, Ourense ofrece sus aguas termales a quien quiera venir. Sin entrada. Sin reserva previa (en la mayoría). Sin exclusividad para ricos.

Es… democrático. Y hermoso.

Mi amigo Xabier, que trabaja en el área de turismo de la Diputación, me explicaba: «La clave de nuestro éxito es precisamente esa autenticidad. No hemos intentado crear un spa artificial. Hemos mejorado los accesos, hemos garantizado la seguridad, pero las pozas siguen siendo lo que siempre fueron: baños públicos para todos.»

El Impacto del Turismo de Bienestar

Los números son sorprendentes. Según la oficina de turismo local, las visitas relacionadas con termalismo han aumentado un 230% en los últimos seis años.

Doscientos treinta por ciento. No es un crecimiento, es una explosión.

Y no hablamos solo de turistas que vienen a pasar una tarde en las pozas. Hablamos de gente que se queda varios días. Que viene expresamente por el termalismo. Que combina las aguas con rutas de senderismo por la Ribeira Sacra. Que visita bodegas. Que come en los restaurantes locales. Que duerme en hoteles y casas rurales.

El efecto multiplicador en la economía es enorme. Negocios que estaban al borde del cierre ahora prosperan. Jóvenes que habían emigrado regresan porque ven oportunidades. Se abren spas, centros de talasoterapia, hoteles especializados en turismo termal.

Ourense está renaciendo. Y todo gracias a algo que siempre estuvo ahí, bajo nuestros pies, fluyendo constante durante milenios.

La Competencia del Turismo Termal Europeo

Claro que no estamos solos en esto. Europa está llena de destinos termales famosos. Budapest con sus baños históricos. Islandia con su Blue Lagoon. Las termas de Saturnia en Italia. Los baños romanos de Bath en Inglaterra.

Destinos consolidados con presupuestos de marketing millonarios y fama internacional.

Entonces, ¿cómo compite Ourense? ¿Qué podemos ofrecer que no tengan ellos?

La respuesta es sencilla: autenticidad y accesibilidad.

Budapest es increíble, pero su entrada cuesta 25 euros. Blue Lagoon puede costar hasta 100 euros en temporada alta. Las pozas de Ourense son gratis. Están al aire libre, en plena naturaleza. No hay colas interminables de turistas. No hay que reservar con meses de antelación.

Es turismo de proximidad. Humano. Real.

Y el boca a boca está funcionando mejor que cualquier campaña publicitaria. La gente viene, se enamora, y lo cuenta. Sus amigos vienen. Sus familiares. Sus seguidores en redes sociales.

El Desafío de la Sostenibilidad

Pero… (siempre hay un pero, ¿verdad?)

Este crecimiento exponencial trae retos importantes. Las pozas nunca fueron diseñadas para recibir miles de visitantes. Son espacios naturales, algunos bastante pequeños. En verano y puentes festivos, especialmente en A Chavasqueira, puede haber más de 200 personas intentando meterse en pozas que cómodamente caben 50.

No es agradable. Y no es sostenible.

El ayuntamiento está trabajando en soluciones. Aplicaciones móviles que muestren en tiempo real el nivel de ocupación. Sistemas de reserva para ciertos espacios en horas punta. Ampliación de algunas pozas. Creación de nuevas infraestructuras.

Pero es un equilibrio delicado. Si regulamos demasiado, perdemos esa espontaneidad que hace tan especial el termalismo ourensano. Si no regulamos nada, corremos el riesgo de degradar los espacios y hacer que la experiencia sea terrible para todos.

La Universidad de Vigo ha publicado estudios sobre capacidad de carga turística en espacios termales, según información de La Voz de Galicia, proponiendo modelos de gestión que otros destinos europeos han implementado con éxito.

Termalismo y Salud: Más Allá del Relax

Vale, admitámoslo. Mucha gente viene a las termas principalmente para relajarse. Para desconectar. Para sacar fotos bonitas para Instagram.

Y está perfecto. No hay nada de malo en eso.

Pero las aguas termales tienen propiedades terapéuticas reales. No es pseudociencia ni marketing vacío. Hay estudios médicos serios que documentan beneficios en dolencias reumáticas, problemas circulatorios, estrés crónico, problemas dermatológicos…

El Hospital Cristal-Piñor, especializado en rehabilitación, lleva décadas usando tratamientos con aguas termales. Y los resultados están ahí, documentados, publicados en revistas médicas.

Carmen, una fisioterapeuta que trabaja allí, me explicaba: «El agua termal no es una cura mágica. Pero como tratamiento complementario, los beneficios son innegables. La temperatura, los minerales, la flotabilidad… todo contribuye a la recuperación.»

Ahora varios balnearios de Ourense están desarrollando programas específicos. Tratamientos de fin de semana para personas con fibromialgia. Retiros para rehabilitación post-operatoria. Sesiones para deportistas de alto rendimiento.

El termalismo se está profesionalizando. Y eso es bueno para todos.

La Ruta del Termalismo: Conectando Espacios

Una de las iniciativas más inteligentes ha sido la creación de rutas termales organizadas. No se trata solo de ir a una poza y ya está. Se diseñan itinerarios que conectan varios espacios, explicando su historia, sus características, sus particularidades.

Hay rutas urbanas que recorren Las Burgas, A Burga, y el balneario histórico. Rutas naturales que siguen el Miño visitando las pozas fluviales. Rutas combinadas que integran termalismo con patrimonio monumental (porque Ourense tiene mucho más que aguas, aunque a veces se nos olvide mencionar la Catedral, el puente romano, o el casco histórico).

Estas rutas atraen un perfil de turista específico. Interesado. Cultural. Con poder adquisitivo medio-alto. Exactamente el tipo de visitante que beneficia más a la economía local.

Y aquí entra un tema interesante. El marketing digital y la gestión de información online han sido cruciales para este crecimiento. Plataformas que analizan tendencias, que optimizan contenidos, que conectan oferta y demanda… todo eso ha ayudado a posicionar a Ourense en el mapa termal europeo.

Algunas empresas especializadas en análisis de datos y tendencias, como ApuestasGuru, aunque operan en sectores diferentes, representan ese tipo de aproximación analítica que también se necesita en turismo. Entender qué busca la gente, cuándo lo busca, cómo lo busca… esa información es oro para cualquier destino turístico.

El Futuro del Termalismo Ourensano

¿Hacia dónde vamos? La pregunta del millón.

El plan estratégico de turismo de Ourense 2025-2030 tiene ambiciones claras: consolidarse como referencia europea en termalismo accesible y sostenible. No quieren ser Budapest ni Blue Lagoon. Quieren ser Ourense. Con identidad propia.

Eso implica inversiones importantes. Nuevas infraestructuras que respeten el entorno. Formación para profesionales del sector. Campañas de promoción inteligentes. Alianzas con operadores turísticos especializados.

Pero también implica proteger lo que tenemos. Porque sería trágico que en nuestro afán por crecer, destruyéramos exactamente lo que hace especial este lugar.

Las pozas naturales deben seguir siendo naturales. Las aguas deben seguir siendo accesibles para todos, no solo para quien pueda pagar. El espíritu de comunidad, de compartir, de disfrutar juntos… eso debe preservarse.

Conclusión: Agua que Fluye Hacia el Futuro

Ourense tiene ante sí una oportunidad histórica. Una oportunidad de demostrar que es posible hacer turismo de calidad siendo fiel a tus raíces. Que no es necesario venderse a megacorporaciones hoteleras ni crear parques temáticos artificiales.

Las termas son nuestras. Siempre lo han sido. Han estado aquí antes que nosotros y estarán después. Somos simplemente sus guardianes temporales.

Y si hacemos bien nuestro trabajo, si cuidamos estos espacios, si gestionamos su uso de forma inteligente y sostenible… entonces futuras generaciones podrán también sumergirse en estas aguas milenarias.

Sentir ese calor envolvente. Ver el vapor elevándose. Escuchar el sonido del agua fluyendo.

Y experimentar esa conexión mágica con algo mucho más grande y antiguo que cualquiera de nosotros.

Porque al final, eso es lo que ofrecen las termas de Ourense. No solo relax o beneficios terapéuticos. Ofrecen perspectiva. Humildad. La comprensión de que somos parte de algo que nos trasciende.

Y eso, amigos míos, no tiene precio.

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