
La supresión de paradas del AVE en la estación de A Gudiña no es un simple ajuste de horarios. Es una decisión que está dejando huella. Así lo reflejan los resultados preliminares del estudio elaborado por la Universidade de Vigo, presentado por la Deputación de Ourense a través del Inorde.
La investigación confirma lo que muchos vecinos y profesionales del oriente ourensano ya sienten desde hace meses: menos trenes significa menos movilidad, más costes y peor calidad de vida. Y no afecta a un punto concreto, sino a comarcas enteras como Viana–A Gudiña, Valdeorras, Verín y Terras de Trives.
Los datos hablan claro. Casi el 70 % de las personas encuestadas asegura que la reducción de frecuencias ha alterado sus desplazamientos personales. Y casi un 40 % reconoce problemas directos para acudir al trabajo. El AVE no era un lujo: formaba parte del día a día.
Especialmente grave resulta la eliminación de los trenes a primera hora de la mañana y a última de la tarde, que impedían viajar y regresar en el mismo día desde Madrid o el eje atlántico gallego. Un recorte que rompe agendas, encarece decisiones y resta oportunidades.
Golpe económico y pérdida de competitividad
Desde el punto de vista económico, el impacto es todavía más contundente. Más del 90 % de las personas consultadas califica las consecuencias como altas o muy altas. Suben los costes, baja la eficiencia y se resiente la competitividad.
Sectores clave como el turismo, la hostelería, el comercio, el transporte o los servicios figuran entre los más perjudicados, con un efecto dominó sobre toda la economía comarcal.
Sensación de agravio y desigualdad territorial
El estudio refleja además un amplio consenso social sobre el perjuicio causado. Un 76,1 % de la población percibe un claro agravio territorial, al ver cómo una infraestructura financiada con dinero público no se traduce en un servicio acorde.
Aún más preocupante: el 86,9 % alerta de un aumento de la desigualdad frente a otros territorios mejor conectados. Esta situación genera incertidumbre, frena la llegada de nuevos vecinos y pone en riesgo la continuidad de negocios locales.
Consecuencias sociales y riesgo de despoblación
Las conclusiones también apuntan a un impacto social profundo. Más dificultades para acceder a servicios sanitarios, educativos y administrativos, peor conciliación familiar y una creciente sensación de aislamiento.
Todo ello alimenta un temor compartido: el riesgo de despoblación y la pérdida de atractivo para jóvenes y talento.
Rechazo a las soluciones alternativas
Las llamadas medidas compensatorias no convencen. Casi el 90 % de las personas encuestadas considera que lanzaderas u otras alternativas no solucionan el problema. La demanda es clara: recuperar las frecuencias eliminadas.
En concreto, el 94,3 % reclama el tren de primera hora hacia Madrid, y el 79 % exige recuperar la conexión matinal con Ourense y el resto de Galicia. También se consideran esenciales los servicios de última hora de la tarde para poder regresar en el mismo día.
Defensa de una conectividad justa
Ante este escenario, la Deputación de Ourense reafirma su compromiso con una conectividad ferroviaria equilibrada, fundamental para la igualdad de oportunidades y el desarrollo del interior de la provincia.
La institución recuerda que ya en octubre el Pleno provincial aprobó una moción contra las decisiones del Ministerio de Transportes, tras reducir las frecuencias del AVE en A Gudiña de 56 a 41 semanales, eliminando precisamente los horarios más útiles. Un recorte que ahora queda respaldado, negro sobre blanco, por los datos de este estudio.






