Parece que algo está pasando en el Roig Arena, algo grande, algo que se nota en el ambiente, en las gradas y, sobre todo, en la pista. El Valencia Basket ha arrancado la temporada de una manera sencillamente espectacular y, más allá de las sensaciones, los datos lo respaldan con claridad, porque este es el mejor inicio de su historia en la Euroliga. Una realidad que la afición y la casa de apuestas siguen con entusiasmo, todavía con ese punto de incredulidad tan propio de los momentos grandes cuando llegan antes de lo esperado.
Un arranque que ni los más optimistas esperaban
El último ejemplo llegó este ante Anadolu Efes, un rival que partía como uno de los nombres fuertes en las apuestas baloncesto, frente al que el Valencia sumó su décima victoria en quince jornadas de Euroliga. El 94-82 final, logrado en casa y con autoridad, refleja mucho más que un triunfo, transmite control del partido, claridad de ideas y una madurez competitiva que se repite jornada tras jornada.
Y lo más interesante es que no se trata solo de una buena racha europea. El conjunto dirigido por Pedro Martínez está brillando también en casa, en una Liga Endesa donde lidera la clasificación con ocho victorias y una única derrota. El equilibrio entre las dos competiciones, algo que suele complicar hasta a los más grandes, parece estar saliéndole redondo al equipo taronja.
Una plantilla que suma desde todas partes
Uno de los secretos del éxito está siendo precisamente la versatilidad del grupo. No hay una única figura que cargue con el protagonismo, porque cada partido aparece un protagonista distinto. Ante Efes, por ejemplo, Taylor brilló desde el perímetro, Pradilla impuso carácter y acierto, y Reuvers aportó minutos de mucha calidad. La plantilla parece entenderse, respetarse y complementarse de una forma que no siempre es habitual, y ahí se nota el trabajo silencioso de un cuerpo técnico que ha sabido afinar piezas y repartir roles con inteligencia.
Sin creérselo demasiado… pero con los pies en el suelo
Ahora bien, si algo está claro, es que Pedro Martínez no quiere que la euforia se descontrole. Tras la victoria ante los turcos, el técnico catalán insistió en mantener los pies en el suelo, evitar cualquier exceso de confianza y seguir creciendo desde el detalle. Y seguramente tenga razón, porque si algo puede frenar una temporada que va viento en popa, es precisamente confiarse antes de tiempo.
Encontrar el equilibrio entre disfrutar del momento y no perder el foco es la clave. El discurso del entrenador va precisamente en esa dirección, valorar lo conseguido sin caer en la autocomplacencia, con la ambición intacta y la mirada puesta en lo que aún queda por delante.
¿Y ahora qué?
Pues ahora, seguir. Porque la temporada es larga, la Euroliga exige constancia y la ACB no da tregua. Pero el camino que está recorriendo este Valencia Basket está siendo tan firme como emocionante. Y si siguen así, sin prisa pero sin pausa, sin ruido pero con eficacia, puede que estemos ante algo que recordaremos durante mucho, mucho tiempo.
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