
El Concello de O Carballiño ha decidido aplazar la vuelta de la actividad docente al edificio del Conservatorio para garantizar que la concentración de gas radón en las instalaciones se sitúe de forma estable por debajo de los límites legales. El alcalde en funciones, José Castro, la concejala de Educación, Lorena Castro, y el arquitecto responsable del proyecto, Carlos Garriga, explicaron los detalles de la intervención realizada en los últimos meses.
Según indicó Lorena Castro, “las obras permitieron reducir de forma muy notable la presencia de gas radón, pasando de máximos de 2.000 bequerelios a menos de 300 en la mayoría de los espacios”. Sin embargo, de las cinco aulas medidas, dos aún superaban el límite de 300 bequerelios fijado por la normativa, lo que llevó al Concello a optar por iniciar el curso en el IES 1º de O Carballiño como medida de precaución.
El arquitecto explicó que se instaló una soleira ventilada bajo el edificio, junto a una barrera antirradón y un sistema de ventilación mecánica que se activa automáticamente cuando los niveles superan el umbral establecido. Inicialmente fijado en 300, el límite se rebajó a 100 bequerelios para reforzar la seguridad.
Además, se colocarán medidores individuales en cada aula para que profesorado y alumnado conozcan en tiempo real la concentración de gas radón. Durante los próximos tres meses se mantendrá un control exhaustivo de los niveles y, en caso necesario, se aplicarán nuevos ajustes en el sistema.